Pide investigador valorar soluciones de patrimonios hidráulicos históricos en FINI 2021

Sin la relación del ser humano con el agua no existiría civilización alguna, asegura

Antonio Lorenzo Monterrubio, miembro de la Academia Hidalguense de la Historia y de la Secretaría de Cultura de Hidalgo, dictó la conferencia “Patrimonio cultural en torno al agua en el estado de Hidalgo”, en el marco del Festival Internacional de la Imagen (FINI) 2021 quien señaló que ante las serias emergencias ecológicas es justo valorar las soluciones antiguas convertidas en patrimonios hidráulicos históricos.

A través de su conferencia impartida durante el magno evento de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), el investigador puntualizó que sin la relación del ser humano con el agua no existiría civilización alguna, es más, no existiría vida, por lo menos no como la conocemos. 

“Ahora que se enfrentan serias emergencias ecológicas, debido a tantas agresiones a la naturaleza y el equilibrio ambiental, es justo valorar las soluciones antiguas convertidas en patrimonios hidráulicos históricos, para extraer lecciones fructíferas hacia el futuro”, declaró. 

Refirió que, si bien a Hidalgo no se le ha considerado rico en agua, hay una gran gama de territorios interesantes que abonan al conocimiento y uso racional del agua. Mostró al público un recorrido histórico a partir de obras hidráulicas importantes que abastecieron en su momento a la sociedad, como los acueductos, aljibes, piletas, cisternas y fuentes.

Parte de este patrimonio histórico se encuentran en los Ex Conventos y las Haciendas o fueron derivados de ellos, como el caso de los acueductos “Padre Tembleque”, en Zempoala, o el ubicado en San José Atlán, en Huichapan, que cuentan con un repertorio muy grande de elementos hidráulicos. 

Al exponer la parte importante del acueducto de Zempoala, afirmó que es uno los ejemplos más importantes de colaboración técnica, social y cultural. Fue construido entre los años 1554 y 1571, que significó trabajo ininterrumpido de las localidades de Zempoala y Otumba. A nivel mundial, el acueducto destaca por su longitud total, su medida de arcada y altura, en comparación con otros construidos en la época. 

El Convento de Actopan es otro de los que muestra importantes vestigios del empleo acuífero, mediante el gran Aljibe ubicado en la parte posterior del convento, actualmente ocupado por una cancha deportiva.

Acorde al Catálogo de construcciones religiosas de Hidalgo, fue hecho a todo costo, pues recorría un trayecto de 11 mil varas para aprovechar las aguas de unos manantiales ubicados en las faldas del Cerro de Los Frailes. Como el agua no era suficiente, se aprovechaban los desagües de las cubiertas del convento y la iglesia, con ese caudal se regaba la huerta y se daba agua a la población. 

De este, deriva el Acueducto de Actopan, el cual se remonta años antes a la construcción del Convento Agustino localizado en aquel lugar. A lo largo de este se localizan piletas y aljibes que dan cuenta de la importancia de la obra. 

También resalta en Hidalgo el Acueducto de San José Atlán, en Huichapan, otra de las obras monumentales referentes al agua que se construyeron en la época novohispana. Consta de 14 arcos, uno de ellos doble, hecha de mampostería y sillares de cantería, su gran elevación lo ha convertido en uno de los más altos del país, incluso mayor al del Padre Tembleque. 

Expuso asimismo la caja de agua de Tepeapulco, Hidalgo, una singular obra de ingeniería hidráulica, en el que se puso especial empeño. Debido a la introducción del ganado, la caja de agua se contaminó, por lo que se construyó un acueducto, que sustrajo líquido de un manantial en Apan, a unos 25 kilómetros; se considera un antecedente del de Zempoala. 

La obra se completa con un espejo de agua que alimentaba unos lavaderos, además de una cisterna en la llamada “Casa de Cortés”, que a su vez se componía de un abrevadero para animales, un depósito y una pileta para uso doméstico. El valor del monumento aumenta de forma considerable, ya que a pesar de los años aún era usado por el pueblo. 

Entre otras obras, habló respecto a las estrategias para acercar agua en las Haciendas mineras, agrícolas y ganaderas, los aljibes en cada una de ellas, las presas que alimentaron de agua diversas comunidades, las piletas y los lavaderos, así como el sincretismo de la arquitectura, la cual mostró la cultura europea e indígena de la época. 

“Destacaríamos la cualidad para enseñarnos lecciones útiles entre los seres humanos, ahora tan amenazados. Extraigamos esos significados positivos en términos de solidaridad y diálogos sinceros entre la humanidad, y más en una época tan conflictiva como la que estamos viviendo”, externó el investigador al finalizar su conferencia. 

Esta interesante ponencia, que incluye una vasta explicación sobre las obras hidráulicas históricas de Hidalgo, se puede encontrar en https://www.youtube.com/watch?v=KuOGvxVeUGE.